
En la frontera colombo-venezolana, un taller de carpintería especializado en la fabricación de colmenas ha logrado reunir a migrantes venezolanos y colombianos.
Saravena, Arauca — En la frontera colombo-venezolana, donde los desafíos de la migración y el conflicto social se entrelazan, un taller de carpintería especializado en la fabricación de colmenas ha logrado reunir a migrantes venezolanos y colombianos, contribuyendo a superar prejuicios y construir comunidad a través del trabajo colaborativo.
Esta iniciativa forma parte del proyecto “Atendiendo la migración y las cadenas de valor en Arauca”, desarrollado conjuntamente por PASO Colombia y BID Lab. El proyecto se diseñó para impulsar líneas productivas estratégicas para el desarrollo regional y la integración socioeconómica de población migrante, retornada y vulnerable en municipios clave del departamento de Arauca. Durante su implementación se encontraron diferentes retos a la hora de impulsar la línea productiva de miel en la región; entre ellos, la falta de insumos apícolas a nivel local.
“No había cajas para apicultura, y traerlas de otros lugares salía costoso. Entonces empezamos a pensar en cómo hacerlas aquí mismo, y al mismo tiempo generar empleo.” — María del Pilar, directora adjunta de PASO Colombia.
Así, el taller surgió como una respuesta concreta y sostenible a dos necesidades: por un lado, dotar de insumos clave a los proyectos apícolas que crecen en la región; por otro, generar oportunidades laborales para personas con saberes técnicos pero en situación de desempleo, en especial migrantes y población vulnerable que buscaban una forma de integrarse al mercado laboral en la zona urbana de Arauca.
Freddy José Moreno, migrante venezolano residente en Saravena desde hace siete años, es uno de los participantes de este taller de carpintería, que ahora hace parte de la asociación Casa de la Hermandad. Aunque Fredy llegó buscando un empleo por un solo día, ya lleva más de cinco meses vinculado al proyecto: “Yo vine por un día de trabajo y aquí estoy. Me gustó el trabajito y me quedé. Ya le agarré el corte a la cuestión”, dice con orgullo mientras ensambla una caja que será parte de una colmena.

Freddy es parte de un equipo mixto, donde colombianos y venezolanos trabajan mano a mano fabricando las cajas técnicas que luego serán utilizadas para cultivar abejas apis o melíponas en diferentes espacios de trabajo colaborativo. Esta producción se integra al componente pedagógico y productivo de meliponicultura y apicultura del proyecto marco de PASO Colombia y BID Lab.
Las colmenas construidas no solo sirven para proteger especies clave para la polinización, sino que representan una oportunidad real de integración y desarrollo. Para los migrantes participantes, el proceso de integración en Colombia ha presentado desafíos. "Al principio nos trataron durísimo. Fue duro, durísimo. Pero uno se va dando a conocer. Ahora aquí estamos bien, tranquilos, trabajando. Ya tenemos un sueldo fijo y eso ayuda mucho en la casa", comenta Freddy sobre su experiencia.
Ahora, con experiencia, técnicas perfeccionadas y una dotación de maquinaria completa, este taller de carpintería administrado por la asociación Casa de la Hermadad ofrece sus servicios a todo el país; y es un referente de cómo transformar desafíos en oportunidades concretas de desarrollo comunitario e integración social.
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