A partir del trabajo persistente de los colectivos de reincorporados y campesinos, el acompañamiento de PASO Colombia y el apoyo de esta diversa red de aliados, fue consolidándose la ERA de Miranda como un proceso social, de apropiación de conocimientos y de fortalecimiento de capacidades de los participantes.
Para el equipo de PASO Colombia, la construcción de paz territorial se traduce en un compromiso en dirección a encontrar soluciones integrales a una diversa gama de problemáticas que, en sus interrelaciones, han terminado por producir pobreza, exclusión y falta de oportunidades de desarrollo humano para la población rural del país. Este esfuerzo ha caracterizado el conjunto del modelo de la ERA, apuntando a darle sostenibilidad al ciclo económico (de producción, repartición, circulación) y simultáneamente sostenibilidad política y cultural a la experiencia, a partir del diálogo y colaboración con multiplicidad de actores presentes en el territorio.
Esa singularidad señala la relevancia de tener en cuenta la carga de significados, las narrativas construidas, las esperanzas, frustraciones y temores que configuran el proceso y el recorrido de cada sujeto, pero también la relevancia del liderazgo de excombatientes, de líderes campesinos, como trabajadores por la paz y de su lugar social. En ese sentido, la valoración del cambio de actitudes y comportamientos para construir paz se concibe como un ejercicio de trabajo, no sólo como un escenario de encuentro y de diálogo, sino como un quehacer cotidiano. En palabras de su director: “El gesto de paz, por excelencia es trabajar con el otro por cambiar aquello que reprodujo la guerra”.