Para seguir compartiendo nuestros aprendizajes con las personas e instituciones interesadas en la construcción de paz a través del desarrollo rural sostenible en Colombia, en esta entrega de la serie “Nuestro Impacto en Datos”, analizamos por qué las Escuelas Rurales Alternativas (ERA) son consideradas por el 84% de los participantes como una buena alternativa para la reincorporación socioeconómica, basándonos en los resultados del capítulo Perspectivas futuras sobre el proceso de reincorporación de la Encuesta de percepción y satisfacción de las ERA 2020.
En el artículo anterior vimos cómo una de las principales motivaciones de los encuestados para permanecer en el proceso de paz es poder contribuir al cambio social de su región. Tras 5 años de desarrollo como espacios de de colaboración, construcción de confianza y apoyo a proyectos productivos que impulsan economías rurales sostenibles, las ERA se han convertido en espacios que catalizan la energía creativa y transformadora de los reincorporados, incidiendo en cambios que a corto y mediano plazo ya se observan en los territorios que habitan. Por eso el 98% de ellos considera que los proyectos productivos colaborativos en los que participan han sido importantes para sus regiones.
Reincorporación económica y reconstrucción colaborativa del campo colombiano
El 24 de noviembre se cumplieron 5 años desde la firma del Acuerdo de Paz entre el Estado Colombiano y la antigua guerrilla FARC-EP. Mientras se desarrollaban los diálogos la fundación One Earth Future diseñó el programa Paz Sostenible para Colombia (PASO Colombia) con el objetivo de apoyar la reincorporación económica de quienes dejarían las armas. Ya en el trabajo en terreno, con un método iterativo basado en datos, y en colaboración con reincorporados, comunidades campesinas y organizaciones públicas y privadas, PASO Colombia desarrolló el modelo de Escuelas Rurales Alternativas (ERA) como plataformas de colaboración educativas y productivas para apoyar proyectos productivos que impactaran positivamente en el bienestar social y económico de reincorporados y campesinos.
Reconociendo que las comunidades rurales han sido las más afectadas por el conflicto armado, PASO Colombia asumió el enfoque territorial y multiactoral contemplado en la Reforma Rural Integral descrita en el punto 1 del Acuerdo de Paz, con la intención de contribuir a que la reincorporación económica de quienes dejan las armas impulsara las transformaciones necesarias para la consolidación de la paz en la ruralidad dispersa. Una de estas transformaciones es la mejora de las condiciones de vida y trabajo de los campesinos. Quienes viven en zonas rurales se ven afectados por contextos de inseguridad frecuente, pago insuficiente por sus labores, altos costos de transporte e insumos, y falta de protección social para las comunidades en general.
En este contexto las ERA se han consolidado como plataformas de integración de actores mediante diálogos, trabajo colaborativo diario y objetivos priorizados a largo plazo mediante procesos de concertación colectiva. En su conjunto, las ERA han propiciado la creación de lazos comunitarios entre sus participantes: el 76% de los miembros de la comunidad sienten que su relación con los reincorporados ha sido positiva o muy positiva, el 83% de los campesinos se siente cómodo teniendo un reincorporado como vecino y un 70% reporta que es parte de algún proyecto productivo con reincorporados.
En las comunidades que han surgido gracias a los espacios de las ERA, la reincorporación social se traduce en la reducción de las estigmatizaciones, divisiones y otros obstáculos para la integración entre los diferentes actores. El 89% de los reincorporados indica que tiene planes de continuar trabajando colaborativamente con las comunidades de su entorno y el 91% de ellos se siente satisfecho con el restablecimiento de sus lazos familiares.
El experimento colectivo de la reincorporación económica
Una de las características novedosas de este Acuerdo de Paz es el carácter colectivo de la reincorporación económica. En esta dirección las ERA promueven modelos asociativos en los que las personas que viven en un mismo territorio pueden cooperar para crear economías de escala o encontrar solución a problemas compartidos. El 83% de los participantes encuestados informó ser parte de una cooperativa y de ellos el 74% es miembro activo de una cooperativa asociada en proyectos con la ERA. Con su fortalecimiento, las asociaciones y cooperativas de reincorporados y campesinos aumentan su capacidad de crear cadenas productivas, participar junto a otras instituciones en discusiones sobre el desarrollo de sus territorios, y ampliar los espacios de comercialización para sus proyectos.
El modelo de las ERA busca articular de forma colaborativa cinco componentes fundamentales para la sostenibilidad de los proyectos productivos priorizados con las comunidades: mercados, tierra, conocimiento, trabajo y capital. Por su parte, los participantes encuestados coinciden en que los apoyos más importantes para su proceso de reincorporación son: tener tierra propia (85% de importancia), participar de proyectos productivos (82%), y lograr la comercialización de sus productos (80%). El enfoque colaborativo y de trabajo en red ha demostrado ser efectivo para superar obstáculos como la falta de tierra o de acceso a mercados. Además irradia sus beneficios en las comunidades circundantes.
Por ejemplo, en el 2016 la ERA de Miranda se estableció en las 5 hectáreas de zonas comunes de la Zona de Reserva Campesina (ZRC) de Miranda, gracias a un comodato con la Asociación Campesina ASPROZONAC que se asoció con la cooperativa de reincorporados CEPRODET. Al inicio del desarrollo de esta ERA, apenas el 10% de las 105 hectáreas de la Zona de Reserva eran áreas cultivadas con comida. Tras cinco años de trabajo conjunto, casi la totalidad de las zonas cultivables de esta reserva cuentan ahora con cultivos para autoconsumo y comercialización local. Como parte de esta ampliación de la producción, tanto por parte de reincorporados como de los campesinos, se creó en el municipio de Miranda el Mercado Alternativo de Paz (MERCAPAZ), como un espacio de comercialización sin intermediarios de productos agropecuarios producidos localmente.
Otro caso emblemático es el de la ERA de San José del Guaviare que inició con la propuesta de elaboración de concentrados orgánicos para garantizar la alimentación de los proyectos de cría de animales de los reincorporados, y ahora beneficia a las comunidades aledañas. Estos concentrados se elaboran a partir de la reutilización de subproductos agrícolas y el aprovechamiento de materias primas locales. Su implementación ha incentivado el uso de tierras para el cultivo de alimentos, ayuda a la recuperación de los suelos degradados por la deforestación y los cultivos de uso ilícito, y hace sostenible el desarrollo de proyectos agropecuarios gracias a la reducción de los costos y del impacto ambiental de los insumos para la cría de animales. Las cooperativas de reincorporados que participan en la ERA (COOJAPAL y COOAMACOL) lograron una Alianza Comercial Colaborativa con las familias campesinas de la vereda Colinas, a quienes les venden el alimento para sus animales con un 30% de descuento. Igualmente los reincorporados suministran estos concentrados a las familias que sustituyeron voluntariamente cultivos de uso ilícito con un 40% de descuento. Al proyecto se han vinculado expertos del SENA y de la Universidad de los Llanos para tecnificar la producción, que está en etapa de escalamiento para triplicar su producción mensual.
Expectativas sobre la construcción de paz
Nuestra experiencia en estos últimos 5 años de trabajo nos muestra que espacios colaborativos como las ERA, construidos sobre alianzas multiactorales, trabajando con reincorporados y comunidades campesinas como socias, permiten crear redes de respaldo para proyectos productivos, posibilitando espacios de convivencia con mejores percepciones de seguridad, confianza y más dinámicas de diálogo -como lo discutimos en entregas anteriores de “Nuestro Impacto en Datos”. El esfuerzo conjunto de los últimos años ha permitido ver un fortalecimiento del tejido social de comunidades afectadas por el conflicto armado en distintos puntos a nivel nacional donde este modelo se ha implementado. Para el 2020, el 91% de los reincorporados participantes de las ERA y el 90% de los miembros de la comunidad afirmaban que su experiencia en las ERA ha sido positiva o muy positiva. A su vez, el 70% de los reincorporados que participan en ellas tiene una actitud optimista hacia el futuro del proceso de reincorporación, cuya implementación se ha planteado a 15 años y será un continuo reto para quienes apuestan todo por la construcción de paz.